¿Saltarse el desayuno para bajar de peso?

Respuesta corta: ¡NO! El desayuno es muy importante para una vida saludable. Puedes leer más al respecto en la entrada dedicada al tema: Desayunar más y cenar menos. Pero si deseas saber el porqué de la recomendación te invitamos a seguir leyendo, porque la respuesta podría sorprenderte.

¿De dónde salió la idea de que el desayuno es la comida más importante del día? El “padre de las relaciones públicas”, Edward Bernays, infame por su campaña “Antorchas de libertad” para hacer que las mujeres comenzaran a fumar en los años 20, fue contratado por una compañía de tocino para popularizar el emblemático desayuno de tocino y huevos. El rol de las relaciones públicas, escribió en su libro titulado “Propaganda”, es la manipulación consciente e inteligente de las opiniones y los hábitos organizados de las masas. Por lo tanto, los especialistas en relaciones públicas “constituyen una forma de gobierno invisible, el verdadero poder reinante en nuestro país…”. 

Tristemete, la comida más importante del día se ha convertido en un gran negocio. Los diversos intereses financieros han creado diversos mitos para seguir vendiendo sus productos: Que siempre hay que tomar leche en el desayuno, que sí o sí hay que incluir cereal, huevo o carne y un largo etc.

Entonces, ¿deberíamos quitarle el “des” al “desayuno” saltándonos el desayuno para perder peso? Aunque el consejo de eliminar el desayuno “confrontaría a los científicos nutricionistas con la muy fuerte y poderosa industria alimenticia”, saltarse el desayuno ha sido descrito como una estrategia directa y viable para reducir el consumo diario de calorías. Desafortunadamente, parece no funcionar.

La mayoría de los estudios aleatorios controlados donde se elimina el desayuno no encontraron un beneficio de pérdida de peso al omitir el desayuno. ¿Cómo es posible si saltarse el desayuno implica saltarse calorías? El proyecto de desayuno de Bath, una famosa serie de experimentos que no se realizaron desde una tina, sino por la Universidad de Bath en Reino Unido, descubrió una clave para resolver el misterio. Se asignó de forma aleatoria a hombres y mujeres a desayunar (definido como consumir al menos 700 calorías antes de las 11 a.m.) o ayunar hasta el mediodía todos los días. Al igual que en otras pruebas similares, el grupo que consumió desayuno comió un poco menos durante el resto del día, pero aún así terminaron con cientos de calorías en exceso diarias en comparación con los que se saltaron el desayuno. Aquellos que desayunaron consumieron más de 500 calorías más al día. En seis semanas eso sumaría a un total de más de 20,000 calorías adicionales. Sin embargo, después de seis semanas los dos grupos terminaron con exactamente el mismo cambio en la grasa corporal. el número exacto de calorías en el desayuno es significativamente menos engordante que el mismo número de calorías consumidas en la cena. ¡¿Cómo?! Eso es asombroso. Una dieta con un desayuno más grande causa mayor pérdida de peso que la misma dieta con una cena más grande. Debido a nuestros ritmos circadianos, las calorías de la mañana parecen no contar tanto como las de la noche.

Así que tal vez el desayuno  debería ser la comida más importante del día después de todo.

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